A mis viejos
Fuiste
estandarte de la locura
ferviente defensor de lo ilusorio,
creyente visceral de lo imposible…
Fuiste inspiración, dolor, llanto
impotencia, carcajada, amor,
relato extraordinario…
Armadura de hojalata
permeable armadura,
brava con la injusticia,
benigna con la dulzura.
Tus corridas entusiastas
la garganta desgarrada, abierta a pleno,
reto al enemigo
y canto al valor…
No hay tiempo para el miedo
cuando la causa urge,
ni monstruoso divague
cuando el amor rebalsa.
¡Cuánto puede apresar la envidiosa cordura
a quién se enlaza con la utopía!
La prudencia oprime
exigiéndole juicio al delirio,
pero al final se derrumba
y la locura
se des-pa-rra-ma.
La muerte no fue fin con tu muerte,
ella no pudo frustrar tu vida.
Hoy
tu tierno andar
imprime
un ritmo en nuestra historia,
y tu existencia cabalga:
perseverando, perseverando, perseverando…
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Gabriela González Brizuela
Invierno 2007
Imágen: BBC Mundo