Hay visitantes que leen los símbolos silenciosamente, y son acogidos.
Hay cómplices que se cruzan en divagaciones y conjuras con los símbolos que desde aquí se comparten, y son extrañados cuando pasa tiempo sin cruzarnos.
A partir de hoy habrá compañeros que compartirán sus textos confiando en que este espacio es una sencilla plataforma hacia los infinitos cotidianos, y son muy bienvenidos.
Como escribió el poeta: gracias por el fuego.